martes, 5 de abril de 2011

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En el viaje de regreso a Canarias no pasé por Valencia. Fui directo de Requena a Albacete, en una guagua que parecía un montón de chatarra con ruedas, cargada de gitanos y de guardias civiles. La carretera era un simple camino pedregoso que atravesaba un paisaje desolado, deprimente, conectando pueblos tristes que tenían nombres que sonaban a destierro: Villatoya, Alborea, Casas-Ibáñez, Fuentealbilla, Golosalvo, Mahora. Y en Albacete (que se quedó en mi memoria como si fuese un parque con árboles enormes, sin calles, sin casas, sin nada alrededor) volví a viajar en tren, para volver a Alcázar de San Juan, a Sevilla, a Cádiz... Regresé a Lanzarote para nada: para esperar en las esquinas de La Villa por otro viaje pensado y programado desde hacía mucho tiempo. Casimiro, un amigo de mi primo Antonio, había hecho el servicio militar en la Marina. Y como marinero, tripulante del buque escuela Juan Sebastián Elcano, le dio dos vueltas completas al mundo, antes de desertar en San Francisco, en los Estados Unidos, donde se quedó sin dinero en el bolsillo, sin saber inglés, sin amigos, y, lo que era peor, sin pasaporte. Yo quería vivir una aventura parecida, pero para desertar en La Habana o en Buenos Aires. Y para ello ya había resuelto el problema principal, que no era pequeño. A la Marina sólo iban los reclutas que en la vida civil hubiesen trabajado en barcos mercantes o de pesca, formalmente enrolados, y con Libreta de Inscripción Marítima en regla. Parecía, y era, complicado. Pero mi capacidad para vencer obstáculos legales y borocráticos ya estaba más que demostrada, y esta vez fue Jorge Toledo, el alcalde pedáneo de La Graciosa, quien me ayudó a salirme con la mía. Jorge, que también era un importante y respetado armador, y que ya me había ayudado a falsificar el resultado del referéndum del 47, sencillamente me enroló como patrón en uno de sus barcos: el Carmen. O sea: a punto de cumplir los veinte años de edad, yo, el falso patrón Domingo Hernández Peña, sólo tenía que esperar a que la Armada Española me ordenara la incorporación a filas...